Al presidente Trump: Cambiar el nombre del Golfo Pérsico perjudicaría a los iraníes
Ha habido rumores de que el presidente Trump cambiaría el nombre del Golfo Pérsico por el de “Golfo Arábigo,” lo que ha causado gran preocupación e incluso enojo entre millones de iraníes. Al mismo tiempo, hay informes continuos sobre que Estados Unidos está llegando a un acuerdo con el malvado régimen islámico iraní, lo cual preocupa tanto a israelíes como a iraníes y estadounidenses.
Es importante observar qué significa esto hoy, históricamente, y las implicancias a largo plazo para el futuro.
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Si bien aplaudo cualquier esfuerzo por socavar, debilitar y eliminar al régimen islámico, la idea de cambiar el nombre del Golfo Pérsico y negociar con los ayatolás solo puede fortalecer al régimen. Causará enojo entre los iraníes comunes, ya que es uno de los pocos recordatorios físicos en el mundo del nombre Persia y su rica cultura, que anhelan restaurar, libres de las atrocidades de la República Islámica, a la cual la mayoría de los iraníes rechaza. El término persa conecta a los iraníes con su identidad nacional y ethos cultural.
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Desde 1979, Irán ha estado ocupado y gobernado por malvados ayatolás cuya intención es borrar la historia persa, purgar la identidad y cultura de los iraníes, mientras los obligan a seguir un islam extremista. Iniciaron un sistema de odio y lavado de cerebro para construir muros en torno a su propio dominio brutal e ilegítimo. No hay libertad religiosa. Cualquier persona que se convierta a otra religión enfrentaría prisión, tortura e incluso ejecución.
La buena noticia es que ha habido un despertar entre los jóvenes iraníes que entienden que el islam es la raíz de su problema, y que los ayatolás son sus verdaderos enemigos; que Irán ha sido ocupado por extremistas islámicos que no respetan la cultura ni la historia persas.
Los iraníes han comparado al presidente Trump con el rey Ciro. Siempre he apoyado y admirado al presidente Trump y su gran liderazgo. Espero que no sea engañado por los consejos maliciosos de los agentes del régimen islámico que se han infiltrado en Estados Unidos. Oro para que no intente construir su propio legado socavando la orgullosa identidad de millones de iraníes.
El presidente Trump realmente puede ser el próximo Ciro para ayudar a los iraníes que han sufrido bajo los ayatolás, para restaurar su libertad y honor nacional. Para lograrlo, debemos fortalecer a los iraníes comunes, no borrar su orgullo nacional cambiando el nombre del Golfo Pérsico.
Como Ciro, el presidente Trump puede ser recordado como un gran líder en la mente y el corazón de millones de cristianos al estar del lado de Israel, que lucha contra nuestro enemigo común, cuya intención es exterminar tanto a los estadounidenses como al estado de Israel.
Solo un líder verdadero, genuino y temeroso de Dios puede fortalecer una verdadera resistencia contra los ayatolás. Que Dios le conceda a nuestro presidente esta tan necesaria sabiduría.
