Christopher Watts, padre que asesinó a su esposa embarazada y a sus 2 hijas, dice que Dios lo ha perdonado
Christopher Watts, un hombre de Colorado que fue declarado culpable en 2018 y luego sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional por asesinar a su esposa embarazada, Shanann, y a sus dos hijas, Bella y Celeste, dice que ahora es un hombre nuevo, gracias al Evangelio, y cree que Dios lo ha perdonado.
Watts, ahora de 40 años, compartió sus pensamientos sobre el estado de su alma en cartas a una amiga por correspondencia, según lo citado por el Daily Mail.
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]
“Soy un hombre nuevo”, declara en una carta. “No soy la persona que cometió esos horribles actos. 2 Corintios 5:17 dice: ‘De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas’. Ese soy yo. Soy una nueva criatura”.
Reciba GRATIS nuestras últimas noticias
Además, agregó: “Sé que Dios no me ve como un pecador que mató a su familia; me ve como Su hijo. He confesado mis pecados. Soy perdonado. Lo más difícil que he tenido que hacer fue perdonarme a mí mismo”.
Watts ha afirmado desde 2019 que encontró a Dios después de compartir su experiencia con los investigadores en una prisión federal.
“Nunca supe que podría tener una relación con Dios como la que tengo ahora... es como la gracia asombrosa con todo esto, pero desearía que nadie tuviera que pagar ningún precio por esto”, dijo en la entrevista citada por Business Insider.
“Hubo un servicio religioso, el único al que he asistido aquí, y [el pastor] dijo que no te define un solo momento de tu vida. Y creo que la gente me está definiendo por un momento de mi vida. No saben lo que pasó antes y lo que puede pasar después”.
Watts, quien cumple su condena en la Institución Correccional de Dodge en Wisconsin, es un extrabajador petrolero. Asesinó a su familia en su casa en Frederick, Colorado, cuando su esposa tenía 15 semanas de embarazo de un niño al que planeaban llamar Nico.
En su carta a su amiga por correspondencia, Watts dijo que su juicio estaba nublado por una aventura que tenía con una compañera de trabajo en ese momento, Nichol Kessinger.
“Siempre he asumido toda la responsabilidad por lo que hice, aunque fui engañado por una mujer malvada. Era una ramera, una Jezabel que me desvió del camino. Que pronunció dulces palabras de destrucción”, escribió en la carta. “Pero dejaré que Dios haga justicia con ella. Fui débil y dejé que ella nublara mi moral y mi juicio”.
Explicó que aunque le tomó un tiempo perdonarse a sí mismo por sus crímenes, ahora finalmente está en paz consigo mismo.
“Dios ha separado mi pecado de mí, como está lejos el oriente del occidente”, escribió.
“Pero el perdón a uno mismo es otra cuestión completamente diferente y me ha llevado años encontrar mi paz, la paz que sobrepasa todo entendimiento”, agregó. “Finalmente estoy en paz conmigo mismo”.
